Barrancabermeja, abril 24 de 2018.
A los 75 años de edad su paso en el sacerdocio deja un legado de servicio a la comunidad
ALCALDE LAMENTA EL FALLECIMIENTO DEL SACERDOTE EDUARDO DÍAZ ARDILA



Con profunda tristeza, el Alcalde de Barrancabermeja Darío Echeverri Serrano recibió la noticia del fallecimiento del Vicario General de la Diócesis de Barrancabermeja, Sacerdote Eduardo Díaz Ardila, a quién describe como el guía espiritual, amigo y pastor de la iglesia que dejó huellas imborrables en los barranqueños.

“El padre Díaz, reconocido por su labor y obras, nos acompañó como partícipe activo en procesos de ciudad, defensor incansable de los derechos humanos y favorecedor de nuestra tierra y su historia, a la que amó hasta su último suspiro. Su pérdida es irreparable para nosotros pero en igual medida su legado incalculable. Hoy el Señor lo acogió en su reino, le abrigará y lo sumará al ejército de ángeles en el cielo, desde donde nos continuará reafirmando la fe, la esperanza y el amor al Todopoderoso”, expresó el Alcalde de los barranqueños,

 

Echeverri Serrano, extiende, junto a su esposa Mariluz Núñez, hijos y la Administración Municipal, su más sentido pésame y solidaridad a Monseñor Camilo Castrellón, a la Diócesis de Barrancabermeja, a sus familiares, amigos y comunidad, con la convicción que las huellas dejadas en el camino de la vida serán el recuerdo que nos invite a continuar nuestro trayecto al servicio de las comunidades, de la mano de Dios.

 

El Gobierno Municipal exalta en el Padre Eduardo Díaz su pasión de servicio por la sociedad que le llevó a iniciar su formación sacerdotal, sus estudios en filosofía y teología, además de la licenciatura en Derecho Canónico y Teología Sistemática con especialidad en Iglesia en la Universidad Gregoriana de Roma. Su preparación académica fue la base para convertirse en formador seminarista, docencia universitaria y la promoción del liderazgo social

 

 Su trasegar en la vida eclesial inició en 1970 cuando tan sólo tenía 28 años, desempeñándose en cargos como Vicario de la Parroquia Catedral la inmaculada de Barrancabermeja, Vicario Diocesano de Pastoral y Párroco de Casabe, Vicario Parroquial del Señor de los Milagros y entre 1978 y 1987, se desempeñó como Párroco y Director de la Comisión de la Pastoral Social.

 

Con la fundación del Colegio Camilo Torres, enarboló una intensa labor pastoral de evangelización y organización de las comunidades más pobres del nororiente de la ciudad, dando lugar a la formación de los Clubes de Amas de Casa que más tarde se convirtió en la Organización Femenina Popular. Posteriormente, apoyó la conformacion del barrio Primero de Mayo; y, acompañó el paro cívico de 1975 por un mejor servicio de agua.

 

 Durante el tiempo que se desempeñó como Vicario General de la Diócesis de Barrancabermeja, se dedicó fundamentalmente a la elaboración de un nuevo Plan Pastoral y desde hace más de un año estaba entregado a escribir sus memorias que quiso titular “Experiencias de una Iglesia Popular”.



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